Planificación financiera en el entorno BANI
En el incierto entorno actual, una serie de pautas pueden guiar a los responsables de realizar el proceso planificador en la empresa.
En el incierto entorno actual, una serie de pautas pueden guiar a los responsables de realizar el proceso planificador en la empresa.
Mario Cantalapiedra - Economista
En el mundo empresarial, existen decisiones que deben tomarse con antelación, debido al impacto significativo que tienen en la estructura económico-financiera de la empresa, en su desarrollo futuro e incluso en su supervivencia. Estas decisiones deben fundamentarse en un proceso de planificación financiera bien estructurado.
La planificación es un intento de decidir hoy lo que haremos mañana, reduciendo la incertidumbre tanto como sea posible. Este desafío se amplifica en un entorno turbulento como el actual, que se define comúnmente por el acrónimo BANI (por sus siglas en inglés): frágil, ansioso, no lineal e incomprensible. Sin embargo, la necesidad de planificar sigue estando vigente.
Planificar es igual de necesario en una gran empresa que en una pyme. No obstante, es evidente que el nivel de complejidad del proceso planificador en una pequeña empresa será menor, adaptado a sus características específicas.
Aunque es difícil establecer un modelo único de planificación que sea válido para todas las empresas y en todas las circunstancias, creo que es útil destacar algunas pautas generales que pueden guiar a los responsables de este proceso a resolver su problema específico:
Aunque pueda parecer que en el entorno actual es complicado planificar el futuro, en mi opinión, el proceso descrito se hace más necesario que nunca. Probablemente tendremos que trabajar con una perspectiva más a corto plazo, dada la dificultad de prever más allá, y realizar un control permanente de la evolución de las previsiones y su contraste con los datos reales, es decir, llevar a cabo un adecuado control presupuestario.