Las tensiones de liquidez y el presupuesto de tesorería
Mario Cantalapiedra - Economista
El presupuesto de tesorería adquiere gran importancia en las pequeñas y medianas empresas donde es habitual que se conviva con tensiones de tesorería y sea, por tanto, necesario controlar continuamente la posición de liquidez. No parece que sea 2011 el año en que esta situación mude, por lo que, de nuevo, los empresarios harán de este presupuesto su compañero fiel e inseparable y el origen de muchos de sus quebraderos de cabeza.
En el presupuesto de tesorería lo que recogemos, a priori, son los flujos de cobro y pago que se producen en el tiempo, es decir, la corriente monetaria de la compañía que se genera a partir de la corriente económica, representada por ingresos y gastos, pero que contempla una distinta evolución temporal. Luego en este documento lo que prima es el principio de caja, el cual se basa en cobros y pagos, antes que el principio contable del devengo, que considera a los ingresos y gastos. No obstante, antes de realizar el presupuesto de cobros y pagos, se deberá contar con la previsión de ingresos y gastos que los originan. Y mucha prudencia a la hora de incluir la previsión de cobros en el presupuesto de tesorería de la empresa, recordar que el tiempo en que una venta significaba un cobro ha quedado atrás, es preferible que tengamos una mentalidad muy conservadora al presupuestar todo aquello factible de cobrarse y, sin embargo, seamos muy estrictos con todo aquello que a buen seguro tendremos que pagar.
El esquema temporal adecuado para el presupuesto de tesorería dependerá de la política de entradas y salidas monetarias concreta que se siga en la empresa, sin que existan soluciones estándares válidas para todas las compañías y en todos los momentos. Una práctica utilizada por algunas empresas, y que puede ser aconsejable, consiste en realizar dos tipos de documentos; uno que muestre la posición inmediata de tesorería, semanal o quincenal, con una evolución detallada de cada cobro o pago a realizar, y otro en el que se contemple un horizonte más amplio, trimestre o semestre, al que llamaríamos auténtico presupuesto de tesorería, donde existe un menor detalle en la corriente de flujos prevista pero que permite tomar decisiones para corregir los desequilibrios futuros con suficiente antelación. No olvidemos que el principal objetivo del presupuesto de tesorería es precisamente detectar la aparición de esos posibles desequilibrios.