La financiación mediante cuotas de amortización
Mario Cantalapiedra - Economista
Una parte de los fondos generados por la empresa en el desarrollo de su actividad quedan libres y a su disposición, bajo ciertas restricciones, constituyendo unos recursos financieros que se invierten de forma espontánea, es lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de los fondos provenientes de la amortización del inmovilizado.
Desde un punto de vista económico-contable, la amortización representa la pérdida de valor o depreciación que sufren los activos no corrientes, fundamentalmente por su aplicación al proceso productivo de la empresa, por lo cual contribuye a mantener el valor real de la misma. No obstante, también puede considerarse como una acumulación de fondos que financia a elementos del activo de mayor o menor liquidez, ya que los fondos que se obtienen a partir de la incorporación de los bienes del inmovilizado (amortizables) en el proceso productivo se materializan en el activo de la empresa, acumulándose a lo largo de los ejercicios, hasta que se produce la renovación de los elementos correspondientes.
En principio podría pensarse que los recursos procedentes de la amortización sólo tienen función financiera con carácter provisional hasta que son necesarios para afrontar la renovación de los elementos de activo no corriente, es lo normal. A pesar de ello, en determinadas ocasiones y siempre que cumplan una serie de condiciones pueden llegar a tener un carácter permanente. Estas condiciones se refieren a que los equipos se sustituyan al finalizar su vida útil (período durante el cual el bien puede ser utilizado por la empresa) por elementos de iguales características, a que las renovaciones de los mismos se realicen de forma continuada y a que el sistema de amortización utilizado por la empresa sea lineal con un porcentaje aplicado constante en el tiempo. Sólo bajo las condiciones comentadas, una proporción de los fondos provenientes de las dotaciones a la amortización tendrá la consideración de fuente financiera permanente.
Por otro lado, en una empresa que está generando pérdidas, que espero no sea vuestro caso aunque la cosa no está para tirar cohetes, desde la perspectiva contable se amortizará igual que si estuviera generando beneficios, puesto que también se habrá producido la depreciación de los bienes, pero financieramente se habrán dejado de recuperar los recursos equivalentes a esas pérdidas ante la prioridad de atender otros costes más inmediatos. En este contexto, no será posible valerse de los recursos procedentes de la amortización para obtener financiación.