Financiación a largo plazo mediante préstamos participativos
Mario Cantalapiedra- Economista
El préstamo participativo es un instrumento de financiación intermedio entre el capital social y el préstamo a largo plazo que se caracteriza por la participación de la entidad que presta el dinero en la evolución del negocio de la empresa que es financiada. El vencimiento de los préstamos participativos es a largo plazo, por lo que sus fondos se destinan a financiar la inversión a largo de una compañía. Habitualmente tienen un largo período de carencia en la devolución del principal, lo que puede considerarse una de sus principales ventajas.
A la hora de remunerar este tipo de préstamos la entidad prestamista percibe un interés que varía en función de la evolución de la actividad de la empresa prestataria, de ahí que se denominen participativos. Dicha evolución se mide por un criterio determinado como puede ser el beneficio neto, el volumen de negocio o el patrimonio total. Lo normal es que se tome como referencia el beneficio o la cifra de negocios y que se fije un límite máximo a ese interés variable o de tipo participativo. Para asegurarse de que los datos son correctos, por regla general, la entidad prestamista exige información anual auditada de la contabilidad de la empresa. Además del interés variable suele pactarse uno mínimo, que se cobra de modo fijo con independencia de cuál sea la evolución de la actividad.
Las entidades que conceden préstamos participativos suelen seleccionar a las empresas financiadas en base a las bondades de su plan de negocio, evaluando, entre otros aspectos, la calidad y viabilidad de su proyecto, la profesionalidad en su gestión que se suele medir por aspectos tales como la experiencia en el sector, la capacitación técnica o la cobertura de todas las áreas gerenciales de la empresa, las ventajas competitivas del producto o servicio ofertado o que los mercados en los que se compite tengan crecimientos a largo plazo significativos. No suele exigirse ningún tipo de garantías adicionales a las que aporta el propio proyecto empresarial, algo también interesante para las compañías que adolezcan de éstas y necesiten financiación.
Al coste por intereses que ya he comentado, habrá de añadirse la comisión de apertura del préstamo participativo, la cual consistirá en un porcentaje sobre el nominal de la operación, así como el coste extraordinario que representa la auditoría contable para aquellas empresas que legalmente no se hayan obligadas a ella.