Cuidar la caja de la empresa en época de incertidumbre
En una época de incertidumbre es fundamental para las empresas tratar de asegurar su liquidez.
En una época de incertidumbre es fundamental para las empresas tratar de asegurar su liquidez.
En una época de incertidumbre como la actual es fundamental para las empresas tratar de asegurar su liquidez, entendida como la capacidad de generar caja para hacer frente a los compromisos de pago a corto plazo.
En este sentido, la liquidez tiene mucho que ver con la estructura operativa de la compañía, la cual se puede medir a través del llamado período medio de maduración (tiempo medio que se tarda en recuperar el dinero invertido en la actividad después de haber recorrido todo el ciclo productivo). Si somos capaces de acortar este plazo, por ejemplo, reduciendo los plazos en almacenes o de cobro a los clientes, dispondremos antes de la liquidez.
Teniendo en cuenta este período medio de maduración, cuidar la caja precisa anticiparse a las posibles tensiones de liquidez, para ello se deben presupuestar los cobros y pagos, y controlar permanentemente su evolución. El mundo de la tesorería no es especialmente agradecido, sin embargo resulta fundamental para la supervivencia de una compañía. Si todo va bien seguramente nadie dará una palmadita en la espalda al responsable financiero encargado de su gestión, pero como surjan problemas de liquidez todo el mundo acudirá rápidamente a él. De ahí la importancia de que este realice sus previsiones teniendo visibilidad de lo que ocurre tanto en la compañía como en el entorno que la rodea.
Especialmente en un momento donde la pandemia parece haber provocado el desequilibrio en las cadenas de valor de muchos productos, es importante incluir en el presupuesto de tesorería la evolución del entorno macro (cómo le va al mundo), y del más cercano a la empresa (cómo le va a nuestros clientes y proveedores), y trabajar con diferentes escenarios.
Precisamente si la incertidumbre es grande, hemos de tratar de potenciar las reglas que definen una correcta gestión financiera en la empresa, aunque no siempre las encontremos por escrito. Una de ellas habla de contar con una caja que cubra aproximadamente los pagos de un trimestre, y ello a pesar de la coyuntura actual en la que los bancos penalizan por tener el dinero “parado” en cuentas corrientes. Pero aquí nuestro objetivo no es tanto rentabilizar la liquidez, como asegurar el cumplimiento de los compromisos de pago a corto plazo.
Cuidando la caja se cuida el balance de situación, y esto al final se traduce en una mejor salud financiera para la empresa.