¿Crecimiento orgánico o inorgánico para que las pymes salgan de la crisis?
Tras la pandemia y el ejercicio de supervivencia que ha significado para gran parte de las pymes, los empresarios deben empezar a mirar hacia su futuro y pensar en crecer.
Tras la pandemia y el ejercicio de supervivencia que ha significado para gran parte de las pymes, los empresarios deben empezar a mirar hacia su futuro y pensar en crecer.
Tras la pandemia debida al coronavirus y el ejercicio de supervivencia que ha significado para gran parte de las pymes, los empresarios deben empezar a mirar hacia su futuro y pensar en crecer.
En este sentido, desde el seno de la compañías se ha de decidir si volcar los esfuerzos a un crecimiento de tipo orgánico o inorgánico. Una decisión que puede no ser sencilla, sobre todo desde la mentalidad de un pequeño o mediano empresario.
El crecimiento orgánico o interno es el que busca aumentar la cifra de negocios a través de un volumen mayor de actividad. Para conseguirlo una empresa se ha de basar en sus propios recursos y capacidades, tratando de aumentar la venta de bienes y servicios en los mercados actuales, de ampliar la gama de productos o de vender en nuevos mercados. A pesar de que esta estrategia de crecimiento habitualmente obliga a realizar nuevas inversiones (por ejemplo, de incremento de la capacidad productiva o de mejora de las actividades comerciales y de marketing), suele ser la preferida por los pequeños empresarios, ya que a través de ella mantienen un mayor control sobre su negocio.
No obstante, puede que en el complejo escenario pospandemia este crecimiento no sea suficiente, y deba recurrirse al crecimiento inorgánico o externo, que busca aumentar la cifra de negocios mediante acuerdos con otras empresas. Éstos pueden lograrse a través de alianzas puntuales, o mediante procesos de fusión o de adquisición. Mientras que en el caso de la fusión, dos o más compañías se integran en una existente o de nueva creación, desapareciendo las demás; en la adquisición, una empresa compra parte de otra/s con el objetivo de ejercer su control sobre ella/s.
Aunque parezca que las fusiones y adquisiciones pueden ser un coto cerrado para las grandes empresas, esto no es así. De hecho, pueden ser la forma más adecuada para que una pyme crezca cuando su mercado esté saturado y desee entrar en otros con rapidez. Hoy esta entrada ya no se hace como antes (comienzo con estudios de mercado, hago varias visitas al país, contrato delegados y en unos meses empiezo las ventas). En un mundo que se acelera, una empresa que desee vender en Noruega, adquiere una compañía establecida allí y desde el primer día está vendiendo en el mercado noruego. Y esta estrategia también es accesible para una pyme, claro está, siempre que tenga suficiente “caja” para afrontarla.