Las cuentas anuales son el conjunto de estados contables que una vez al año debe presentar cualquier empresa inscrita en el Registro Mercantil. Todas las sociedades están obligadas a entregar el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria; las grandes empresas deben añadir el estado de cambios en el patrimonio neto y el estado de flujos de efectivo.
Entre las consecuencias de no presentar las cuentas anuales destacan las 6 siguientes:
- Cierre de hoja registral. Si transcurre un año desde la fecha de cierre del ejercicio sin que se hayan depositado las cuentas, el Registro Mercantil no inscribirá ningún otro documento que se presente con posterioridad, excepto el cese o dimisión de administradores, gerentes, directores generales o liquidadores, la revocación o renuncia de poderes, la disolución de la sociedad y el nombramiento de liquidadores, o los asientos ordenados por la autoridad jurídica o administrativa.
- Responsabilidades para los administradores de la empresa. Tanto la propia empresa como sus socios y acreedores podrían reclamar a los administradores los daños y perjuicios causados por no depositar las cuentas anuales en el Registro Mercantil.
- Motivo para calificar un concurso de acreedores como culpable.
- Impacto negativo en los informes comerciales, lo que puede repercutir en la pérdida de nuevos clientes o contratos.
- Mayores dificultades para acceder a financiación bancaria y lograr la cobertura del seguro de crédito.
- Posible sanción por parte del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas con multas que pueden ir de 1.200 a 60.000 euros. Si la sociedad tiene un volumen de facturación anual superior a 6 millones de euros, la multa puede llegar a ser hasta de 300.000 euros.