¿Cuál es la diferencia entre inversión y gasto?

Mario Cantalapiedra - Economista

Especialmente los nuevos emprendedores que lanzan sus negocios al mercado deben familiarizarse con ciertos conceptos contables que pueden ser difíciles de entender si no se es experto en la materia. Uno de los más importantes es la diferencia entre inversión y gasto.

En términos contables, la principal diferencia entre los dos radica en el tiempo durante el cual contribuyen a generar ingresos en la empresa. Mientras la inversión es un elemento (bien o derecho) que la empresa posee y que contribuye a generar ingresos durante más de un ejercicio económico, el gasto representa la utilización de bienes o servicios para producir ingresos únicamente en un ejercicio económico. 

Por ejemplo, si una empresa adquiere una máquina para aumentar su producción, con una duración estimada de cinco años, estaríamos ante una inversión que se podrá utilizar durante esos cinco ejercicios para generar ingresos. Pero si esa misma máquina se alquila durante un ejercicio para la misma función, tendríamos un gasto que contribuirá a la generación de ingresos únicamente durante el período alquilado.

La inversión se refleja en el activo de la empresa y no altera el valor de su patrimonio en el momento de realizarla. Si la compañía adquiere la máquina pagándola al contado por banco, simplemente cambia un activo (dinero en cuenta corriente) por otro (máquina). Por su parte, el gasto se refleja en la cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio reduciendo el patrimonio de la empresa. 

Por regla general, la inversión se convierte en gasto a través del proceso de amortización, el cual consiste en imputar como gasto la pérdida de valor de la inversión que se produce con el paso del tiempo y su utilización en el proceso productivo, excepción hecha de aquellas inversiones que no son amortizables, como las que se realizan en terrenos.

Es importante no confundir el tratamiento contable de inversión y gasto con el fiscal. En España, la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, permite amortizar libremente los inmovilizados materiales nuevos (inversiones) que tengan un valor unitario de hasta 300 euros, con el límite global de 25.000 euros al año. Esta ventaja permite que el importe total de la inversión pueda ser deducido como gasto fiscal en el año en el que se realiza, en vez de tener que hacerlo en varios ejercicios.