Centros de responsabilidad en la empresa: tipos y objetivos
Los centros de responsabilidad son una herramienta que permite mejorar el control interno, la toma de decisiones y el logro de los objetivos.
Los centros de responsabilidad son una herramienta que permite mejorar el control interno, la toma de decisiones y el logro de los objetivos.
Mario Cantalapiedra - Economista
Un centro de responsabilidad es una unidad o segmento de una empresa liderado por un individuo o equipo responsable. Las compañías de mayor dimensión, que cuentan con estructuras más complejas, a menudo dividen su organización en diferentes centros de responsabilidad con el fin de mejorar el control interno, la toma de decisiones y el logro de sus metas.
Existen diversos tipos de centros de responsabilidad que pueden establecerse en función del modelo de negocio, estructura organizativa, objetivos y estrategia de la empresa. A estos centros se les asigna responsabilidad, objetivos, recursos y presupuesto. Algunos de los más utilizados son los centros de costes, ingresos, beneficios e inversiones.
Los centros de costes están orientados al control y reducción de los costes. Estos pueden subdividirse en otras categorías, como centros de producción, encargados de transformar las materias primas en el producto final, y centros de costes administrativos, relacionados con la gestión general, como el departamento contable, la asesoría jurídica o el departamento de recursos humanos. Habitualmente, se evalúan a través de la comparación entre los costes presupuestados y los costes reales.
Los centros de ingresos están enfocados a la generación de ingresos para la compañía mediante la venta de bienes o servicios. Sus responsables pueden decidir sobre temas relativos a las ventas o el volumen de negocio. Un ejemplo típico es el departamento de ventas. Estos centros se evalúan por los ingresos que obtienen en comparación a los planificados.
Los centros de beneficios combinan los dos anteriores con el objeto de maximizar las ganancias en cuanto a diferencia entre ingresos y costes. Por ejemplo, es el caso de una filial dentro de un grupo empresarial encargada de comercializar un producto específico. Sus responsables responden tanto de ingresos como de los costes, de tal modo que se evalúan en base al beneficio obtenido, pero considerando únicamente los costes que están bajo su control.
Por último, están los centros de inversiones que utilizan el capital de la empresa para invertir. En este caso, sus responsables ejercen control sobre ingresos, costes e inversiones en activos. Son evaluados por la rentabilidad obtenida en las inversiones que realizan. Un ejemplo sería una filial dedicada a la inversión en proyectos inmobiliarios.