Cómo las reservas voluntarias mejoran el perfil de riesgo de los clientes
Destinar el beneficio de la empresa a reservas voluntarias puede mejorar su calificación de riesgo.
Destinar el beneficio de la empresa a reservas voluntarias puede mejorar su calificación de riesgo.
Mario Cantalapiedra - Economista
Una vez cumplida la obligación de dotar las reservas obligatorias (legales y estatutarias), la empresa puede optar con el beneficio restante por repartir dividendos a sus socios o accionistas o asignarlo a reservas voluntarias, las cuales pueden utilizarse como mejor convenga, ya que no están sujetas a las restricciones legales de las obligatorias.
En este punto, existen empresas que optan por distribuir sistemáticamente los beneficios que han generado, “ordeñando” la compañía, por así decirlo, en busca de una recompensa por el esfuerzo dedicado a la puesta en marcha y desarrollo del negocio, lo cual, hasta cierto punto, es razonable. No obstante, la experiencia demuestra que, ante la llegada de períodos difíciles, la probabilidad de supervivencia de una empresa puede depender directamente de las reservas que haya sido capaz de generar y acumular a lo largo de los ejercicios. Además, estas no solo sirven para afrontar imprevistos, sino que también permiten financiar proyectos a largo plazo sin depender exclusivamente de la financiación ajena.
No se trata de cuestionar la conveniencia de repartir dividendos, sino de comprender que su reparto debe estar condicionado a la existencia de una estructura financiera sólida. Esta estructura dependerá de las circunstancias específicas de cada empresa, pero, en cualquier caso, deberá perseguir un equilibrio adecuado entre las fuentes financieras propias y ajenas.
Desde el punto de vista de la gestión del riesgo de crédito comercial, un cliente que mantiene reservas voluntarias puede mejorar significativamente su perfil de riesgo por diversos factores: