Un mundo desconocido, lleno de oportunidades @albertoartero

16 JULIO 2013
Crédito y Caución
iberinform

cycnews reproduce la tribuna de uno de los articulistas económicos más influyentes del entorno 2.0, Alberto Artero [Sr. McCoy], en el que analiza la importancia de salir al exterior.

Suscríbete a nuestra newsletter

Puedes obtener información detallada sobre el tratamiento de datos personales y sobre cómo ejercer tus derechos consultando nuestra Declaración de Privacidad.

Imagen

La mayor expansión fiscal y monetaria de la historia de la humanidad ha conducido a la economía mundial a territorio desconocido. Mientras que las naciones desarrolladas se ahogan en un mar de deudas de difícil o imposible repago a sus tasas actuales de crecimiento, los estados emergentes presentan una posición extraordinariamente saneada y se postulan como firmes candidatos al liderazgo global. La última vez que esto sucedió coincidió con la Segunda Guerra Mundial y pudieron corregirse los desequilibrios gracias a los fenómenos de demanda y oferta que caracterizaron la posguerra. No es el caso.

Tampoco hay excesivas referencias para lo que está sucediendo en España desde el estallido de la crisis de crédito en el comienzo del otoño de 2007. Nunca antes nuestra soberanía había estado tan amenazada como ahora, fruto de la cesión a entidades supranacionales de nuestra política de tipos de interés y de cambio, la presión de unas cuentas públicas insostenibles y las dificultades de financiación. Sobre el país se ha desencadenado una tormenta perfecta que solo se podrá capear con el sacrificio conjunto del sector privado y de la Administración. Lo peor que le podría pasar a nuestra democracia es que la distancia entre los intereses de representantes y representados se volviera insalvable.

Acceder 

Para acceder al último número de la revista cycprisma, pulse sobre la imagen.

 

Innovar y exportar. Buena parte de las esperanzas de muchos empresarios y autónomos españoles pasa por el sector exterior, único que ha aportado datos macro positivos en los últimos meses. La drástica reducción tanto de la masa laboral como de los costes laborales unitarios ha provocado un aumento sustancial de la productividad interior y la competitividad externa que se ha traducido en una importante mejora de nuestras ventas al extranjero. Sin embargo, haríamos mal si pensáramos que con este ajuste se solucionan los males endémicos que han afectado a nuestro modelo productivo.

Siendo una medida necesaria, es insuficiente. Las compañías que asegurarán su futuro a medio plazo serán aquellas que sean capaces de unir al ajuste de sus costes de aprovisionamiento, personal, generales o financieros, elementos intangibles no replicables por otras economías o productores de bienes y servicios. Estamos hablando, fundamentalmente, de innovación y de servicio posventa, de valor añadido. De marca, pero no sólo de ella. La renuncia a esos factores diferenciales convertirá el esfuerzo realizado en pan para hoy y hambre para mañana: a igual seguridad jurídica, siempre habrá un competidor más barato en algún lugar del planeta para el producto commodity. Sin personalidad es mucho más difícil triunfar.

Cooperación pública. Llegados a este punto, resulta imprescindible unir al talento privado la cooperación de las instituciones públicas en una triple dirección. En primer lugar, llevando a cabo las reformas necesarias para seguir dotando de flexibilidad la actividad de las empresas españolas y aumentar su capital intelectual; en segundo término, a través de la aprobación de medidas que faciliten la financiación de la actividad de I+D+i y/o excelencia, al menos, la dote de los necesarios incentivos fiscales para su desarrollo; tercero y último, por medio del necesario acompañamiento en el imprescindible proceso de internacionalización de muchas compañías.

Si usáramos como baremo el registro europeo de patentes procedentes de la piel de toro, concluiríamos que está casi todo por hacer. Puede sonar a manido, pero es verdad que toda crisis supone una oportunidad, tanto para corregir errores pasados apenas percibidos en la época de la abundancia como para explorar nuevos mercados o áreas de negocio. Ahora que la parte más dolorosa del camino, la deflación salarial y una ingente contracción de la capacidad productiva, ya ha casi concluido, es hora de levantar la mirada y ver el abanico de posibilidades que espera a quien sabe que más importante que caer, es saber levantarse.

Si Internet da a cualquier negocio una nueva dimensión de carácter universal, la irrupción de 2.500 millones de potenciales consumidores chinos e indios supone un cambio sin precedentes por el lado de la demanda internacional. Y son solo dos ejemplos.

Se da la paradoja de que, pese al freno en las potencias del primer mundo, estamos viviendo una época dorada en el crecimiento económico mundial. Una realidad innegable ante la que cabe enfrentarse desde una de estas dos ópticas: la del pesimismo basado en un análisis local o la de la renovada ilusión del que ve en cada bache un argumento para mejorar. Nunca es tarde para reconvertir el negocio, apostar por lo diferencial y salir a comerse el mundo. Los españoles, y sus empresas, somos especialistas en ello. Adelante.

Más opciones:

Noticias destacadas