El retrato robot de una empresa castellanoleonesa es el de una microempresa del sector servicios con sede en Valladolid, Burgos o León creada hace más de 15 años y con unos niveles bajos de riesgo. En concreto, Valladolid concentra al 21% de las empresas de la región y el 36% de su facturación, seguida de Burgos (19% de las empresas, 21% de la facturación) y León (19% y 12%). Ese es uno de los datos de la radiografía del tejido productivo de Castilla y León elaborada con la herramienta Insight View. Las provincias con menor tejido productivo son Soria (4% de las empresas, 3% de la facturación), Ávila (5% y 2%) y Zamora (6% y 3%).
La mitad de la actividad económica de la región (56% de las empresas, 44% de la facturación) se concentra en el sector servicios, en línea con otros territorios de España. En el sector industrial el tamaño medio de la empresa crece: supone el 16% de las empresas de la región y es responsable del 48% de la cifra de negocio. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (24% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (5% de la facturación).
La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 73% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 12% de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 3% del total, produce el 47% de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 18% de las empresas, que acaparan el 48% de la facturación, tiene más de 25 años. El 20% de las empresas, que representan el 11% de las ventas empresariales, ha sido creado después de la crisis.
La facturación media de una empresa de Castilla y León se sitúa en los 2,0 millones de euros, todavía por debajo de los 2,1 millones previos a la crisis, aunque mantiene una línea de crecimiento desde el suelo de 1,5 millones de 2013.